jueves, 20 de julio de 2017

OSHO-julio de 2017-Tal y como dijo el Arcángel Anaël, sed verdaderos y espontáneos. No os preguntéis nada.


OSHO


Soy Osho, y estoy muy feliz de estar con vosotros.

…Silencio…

Acojo a cada uno de vosotros en el silencio de mi corazón y en la danza de la Eternidad.

Oh, no he venido para daros grandes discursos. He venido a hablaros muy, muy concretamente y prácticamente sobre algunos elementos que os fueron comunicados desde hace muchos meses, pero más adaptados específicamente a este período que se vive en la tierra.

El Arcángel Anaël mismo, de hecho, y empezaré por ahí, os ha hablado, creo, de aceptar y de la aceptación. Diría que la aceptación es la consecuencia lógica del Aquí y Ahora, porque cuando estáis en el aquí y ahora, no dependéis de nada, ni del pasado, ni de la razón, ni de la emoción, ni de la reacción, ni de la anticipación. La aceptación es el Aquí y Ahora, y desemboca por supuesto en el Amor incondicional, incluso en el seno de la persona. No hay ningún sitio para la exclusión en el aquí y ahora y en la aceptación. Es así como la transparencia puede manifestarse más, vivirse y obrar en vosotros.

En general, la aceptación sobreviene cuando entendéis las particularidades de la situación que sea. La aceptación que ha evocado el Arcángel Anaël, y que voy a poner en práctica para vosotros, es que todo lo que se presenta en la pantalla de vuestra conciencia, al no ser la Verdad, siendo invertida, falsificada, modificada, amputada, siendo falsa, no hay ninguna razón de ocuparse de ello, ¿no es así? Ocuparse de vuestro cuerpo, sí, ocuparse de vuestra salud, sí, ocuparse de vuestros allegados, sí, pero el proceso de la aceptación, en el Aquí y Ahora, cuando el corazón está ahí, todo es vivido con la misma intensidad y la misma alegría.

Es justamente el rechazo o la adhesión, lo que os paraliza y os bloquea. Hay efectivamente que ser móvil, y aquí, hablo de vuestra conciencia. Esta movilidad se hace en el silencio y en la inmovilidad del cuerpo, es la danza del Espíritu. Entonces, habéis empleado unas palabras, unos conceptos, hoy tenéis que vivirlos, totalmente. Experimentadlo. Intentad, ante algo que os molesta, a lo que os oponéis, que rechazáis, aceptarlo, aunque pueda resultarle intolerable a vuestra persona. Sobre todo cuando es intolerable, y sobre todo, diría yo, en vuestro cotidiano. No hablamos aquí de unos conceptos, no hablamos aquí de unas ideas, de unos pensamientos, sino que hablamos de la realidad de vuestra vivencia.

Si queréis ser ligeros, si no queréis estar afectados por ninguna resistencia, si no queréis ver ocultarse vuestros sentidos o ver manifestarse de una manera importante vuestras venas, vuestros corazones, vuestros cerebros, entonces hay que ser ligeros. La ligereza, la disponibilidad, resultan de un emplazamiento de la conciencia, esto lo sabéis. Si habéis refutado lo suficientemente, si habéis visto una parcela misma de la Ilusión, si habéis seguido todos los procesos que había que vivir, incluso sin vivirlos, simplemente escuchándolos, leyéndolos, aunque no hayáis vivido nada hasta hoy, os digo: felices los simples de espíritu y felices los simples en energía y en vibración. Hoy, sois los más próximos a la Verdad. Os basta con asentir, os basta, ante cualquier acontecimiento que sobrevenga en vuestra vida, de permanecer en la inmovilidad y en el silencio, con el fin de que vuestra conciencia baile con evidencia la danza de la Vida y siga todos los movimientos permaneciendo inmóvil.

Acordaos que en el seno de la Ilusión, ¿qué queréis defender? ¿Qué queréis demostrar en el seno de la Ilusión? Por supuesto, hay reglas, que están ligadas a la vida en sí, en la organización de la vida. Ésta, la veis como falsa, falsificada, alterada, no tiene ningún valor. Lo que tiene un valor ahí, es la Vida, no vuestra vida sino la Vida. Entonces de alguna manera, se os pide ser la Vida en lugar de ser vuestra vida. Entonces por supuesto, al nivel de vuestra persona es intolerable, incluso es una tortura. Vuestras mismas costumbres, como fue explicado, son un inconveniente mayor en la Libertad interior, sean cuales sean las costumbres. Que sean unas costumbres espirituales, de hecho, como las costumbres meramente rutinarias. Romped esto. Seguid la evidencia, la facilidad. Seguid lo que os parece lo más ligero y no lo qué queréis. Para esto, por supuesto, no hay que proyectar nada. No hay que anticipar ningún resultado. Efectivamente hay que situarse en totalidad aquí, en el corazón, en el instante presente, en la aceptación, en el Aquí y Ahora.

Y esto es válido, no solamente como precepto espiritual, sino sobre todo, hoy, a través de las tres vías que se ofrecen a vosotros. Bien evidentemente, lo podéis imaginar, hay una vía que es la más agradable, que es la vía de la Felicidad, hay una vía que es muy angustiosa, sobre todo ahora, que es la vía del sufrimiento, y hay una vía muy desconcertante, que es la vía de los velos, creo que lo han llamado así, es decir el momento en que los sentidos dejan de ser funcionales. Os incumbe elegir, por así decirlo, pero la única y verdadera elección posible, en definitiva, ya que dos de las vías sólo son la traducción de vuestro no-emplazamiento en la aceptación… no aceptáis. En el seno de vuestro personaje y de la historia que vivís, no aceptáis a vuestro marido, a vuestra mujer, la situación, el fin del mundo. No aceptáis que el fin del mundo no haya pasado ya o que vaya a pasar. No aceptáis vuestro destino, vuestra salud.

Tenéis que aceptaros. Porque es a partir del momento en que os aceptáis hoy, no os lo hubiera dicho mientras vivía, si aceptáis, demostráis con esto que dejáis todo el sitio a la Luz y a nada más. Os volvéis ligeros, os aligeráis, ya no estáis encadenados a vuestras costumbres, y que sin embargo os parecían tan elementales para mantener vuestra salud, vuestra homeostasis, vuestra regularidad. Pero, ¿quién os ha dicho que el Amor debía ser regular?

El Amor, es estar vivo, es aceptar – sin ninguna condición – todo lo que se presenta. Atañe a la persona. Pero si actuáis en el seno de la persona, ¿cómo queréis ver que no sois la persona? Entonces, romped todos los ritmos, romped todas las costumbres, experimentadlo. Obedeced, no a las reglas, a las leyes que os habéis fijado y que están ahí, que ya ni siquiera veis, vuestros automatismos, creo que fue llamado así. Aceptad lo nuevo, aceptad el imprevisto, lo imprevisible, lo inesperado, y veréis lo que ocurre. Olvidadnos incluso a nosotros, los Ancianos, los viejunos gruñones, olvidad los Arcángeles, olvidadlo todo. Sed nuevos y vírgenes de todo. Que vuestro momento del instante presente no esté coloreado por ningún otro momento.

« Aceptar », es verdaderamente una palabra muy grande la que os ha dicho el Arcángel Anaël. Porque aunque el Abandono a la Luz era difícil de explicar, pues la aceptación no presta a ninguna discusión. Aceptar no quiere decir dejarte pisotear por lo que sea. Aceptar quiere decir ser verdadero, y es decir y ver por la experiencia, que cuando aceptáis, aunque lo que os parece desagradable e imposible se resuelve, no por vuestra voluntad sino por la Luz misma. ¿Confiáis en la Luz que sois y en la Luz que está ahí, o confiáis en este mundo? ¿Confiáis en vuestra vida o confiáis en la Vida? ¿Veis las diferencias? Vividlo. No os preocupéis de nada más que de este instante presente. Olvidad el fin de los tiempos, olvidad las elecciones, olvidadlo todo. Olvidar no quiere decir no ver, olvidar no quiere decir estar enganchado a lo que sucede. Permaneced en la inmovilidad y en el silencio del corazón, ahí donde la Vida baila, ahí donde sois la Vida y donde ya no sois vuestra vida.

Entonces por supuesto, si no conocéis y no vivís el corazón, ¿qué es la Vida para vosotros, si no es vuestra vida? Pero estar vivo, no es vuestra vida. Estar vivo, es celebrar la Vida, y no la vuestra, con sus inconvenientes y sus ventajas. Es dejar de estar identificado a la historia que sea. Es estar disponible para el Amor, disponible en el instante, disponible en cada instante y tener una total confianza en la Luz. Porque demostráis con esto que realmente pasáis al sacrificio consciente y lúcido, no de vuestro personaje sino de vuestra conciencia efímera. Por supuesto, esto tendrá unas traducciones al nivel de vuestro cuerpo, de vuestra vida, pero éstas serán un aligeramiento. No habrá ningún sufrimiento, no habrá ningún velo, sólo habrá la posibilidad de la Felicidad. Veis, es simple. Pero, ¿sois capaces de aceptar? Tal y como acepté de hecho, en mi última encarnación, que me envenenaran con radiaciones. Hubiese podido muy bien no acostarme en esa cama. Lo acepté. Y si hubieseis visto la felicidad que fue.

Así es el fin. El fin es la Libertad, la muerte es el verdadero comienzo. Aquí, estáis muertos, totalmente muertos. Estáis amputados, no del 10%, sino del 90% de lo que sois. Estamos encerrados en unas formas. No podemos escapar de esta forma como en los mundos libres, estamos obligados a jugar el juego sin comprender nada, aplicando las leyes de este mundo y las falsas leyes de la espiritualidad. ¿Sois la Vida? ¿Queréis ser la Vida? Entonces, olvidaos. Aceptad y ya veréis. Me encargaré del servicio post-venta, si la ocasión se ofrece.

Pero como decía vuestro amigo Bidi, y el mío también de hecho, es muy simple, no sois esta persona. No juguéis el juego de la persona, jugad el juego de la Eternidad. Es de hecho por esto que cuando vivía, creaba siempre unas ceremonias para romper con la rutina. Era, como decís, de hecho los Ancianos me llaman así, el excéntrico. ¿Cuál es el mejor modo de romper los códigos del encierro que de ser excéntrico, de no seguir la moda, de no seguir a su vecino, de no seguir a nadie? Dejarse llevar por la Vida no quiere decir no ser responsable, sino justamente, ser totalmente responsable. Porque en la responsabilidad, donde interiormente no hay ninguna regla, donde no hay ninguna costumbre, estáis disponibles para vosotros. Habéis aceptado. La Felicidad sólo puede salir de ahí. Todas las demás alegrías, y vuestras experiencias os lo han enseñado, no duran. Un día estáis felices, experimentáis la Gracia, y un día desaparece.

Cuando estaba encarnado, dije que nada tenía que ser fijo, todo debe cambiar, todo es cambio, todo es movimiento. Pero para vivir este movimiento perfecto de la Vida, hay que estar inmóvil en el seno de la persona, no tener ningún proyecto. Por supuesto que podéis tener un proyecto pero, establecéis vuestro proyecto, vuestra cita, y luego lo olvidáis. No fijéis vuestra conciencia en un objetivo. Para un objetivo material, sí, para vuestras vacaciones, para vuestros estudios, para lo que queráis, pero no para lo que sois, si no, estaréis sometidos a lo que habéis creado.

Ahora que la co-creación conciente del Femenino sagrado se expresa cada vez más, ahora que la Verdad estalla ante vuestros ojos, para vosotros como para cada uno, retened que lo más sabio y lo más simple es aceptar. Entonces por supuesto, cada uno es diferente con lo que ocurre, y de hecho, ha sido explicado perfectamente, hay tres vías. Son unas vías provisionales, son unos caminos que tomáis desde un punto a otro, que es el punto que va desde hoy o los días que acaban de pasar, hasta finales de vuestro mes de julio.

Aceptar, es la mejor cosa que podéis decidir para vivir la Libertad. Una vez más, aceptar no quiere decir descuidar las necesidades que sean sino tomarlas con ligereza, lo que permite verdaderamente recuadrar este instante presente, este aquí y ahora.

No olvidéis de pasar unos buenos momentos con vuestra persona. Esos buenos momentos no son necesariamente unos placeres. Tened tiempo sobre todo para no hacer nada, para ser perezosos. No para meditar o alinearos, aunque todavía sea útil, por así decirlo, pero la cosa más útil hoy, es la pereza. Ah, por supuesto, a algunos les chocarán estas palabras. ¡Qué irresponsabilidad! Pues no, es la más grande de las responsabilidades ser perezoso. Ser perezoso no quiere decir ser ocioso. Ser perezoso quiere decir simplemente estar en el aquí y ahora. Porque no hay nada que hacer, en definitiva, lo que sois ya es perfecto. Es vuestra persona que es imperfecta. Entonces, ¿queréis mejorar vuestra persona, vuestra historia, vuestro personaje, o estar vivo, vivir la Vida en lugar de vuestra vida, que proporciona todas las satisfacciones mucho más que todo lo que podéis conquistar en este mundo? Averiguadlo.

Todo es entretenimiento, todo es juego, incluso el sufrimiento. Por supuesto, desde el punto de vista de la persona, concibo que podáis no estar de acuerdo, y es evidente, y no me esperaba que estuvierais de acuerdo en el seno de vuestra persona, pero vuestra eternidad, ella, está de acuerdo. Entonces por supuesto, muchos de vosotros han pasado por unas desapariciones, por unas deslocalizaciones, y ahora por la vía del velo, por la vía del sufrimiento. ¿No estáis hartos de jugar al juego de este mundo?

Sabéis, soy un revolucionario. Y ahora que las condiciones son propicias, no contéis conmigo para hablaros de los Elementos que represento. He venido para insuflaros la sed de la Libertad. ¿Queréis ser libres? No hay ninguna libertad posible en este mundo, lo sabéis. Estáis cada vez más encerrados, cada vez más controlados. ¿Dónde queréis escaparos? ¿A una cueva al otro extremo de una isla? No, escapaos a vuestro interior, ya que todo está en vosotros. Averiguadlo, sed perezosos, aceptad. HIC y NUNC. Sed ligeros. Entonces por supuesto que hay unas obligaciones, pero nada no os impide ser ligeros. La obligación no debe volveros pesados. Esas obligaciones, de hecho lo veis, se vuelven cada vez más insignificantes. En todo caso, vosotros en Occidente, todavía tenéis comida, todavía tenéis vuestra comodidad. Disfrutadlo.

Sed perezosos, la aceptación vendrá sola. Ocupaos de lo que hay que hacer, pero incluso ocupándoos, no sed serios. Sed ligeros, sed alegres, aunque las circunstancias no sean para nada alegres – y sobre todo si no son alegres. Porque si os negáis, quiere decir que negáis la Vida. Daos cuenta, habláis de Amor, vibráis, y luego algunos de vosotros rechazan su vida porque están esperando el fin, porque tienen miedo de mañana, porque tienen algunas preocupaciones con su pareja, porque tienen algunas preocupaciones con sus hijos. Sed ligeros, no hay otra posibilidad que la ligereza. O bien sois densos, o bien sois ligeros. O bien vuestra alma existe y os llevará cada vez más hacia la materia, o bien se ha volcado y os aligera cada vez más. Es un mecanismo meramente mecánico. No es cuántico, no es la conciencia, es la verdad.

Y de hecho, los que están felices, lo veis, se vuelven ligeros. Son ligeros, despreocupados, aunque tengan, y sobre todo si tienen algunas preocupaciones que solucionar. La despreocupación permite solucionar las preocupaciones. Esta despreocupación, es la aceptación, es el aquí y ahora, no hay otra libertad. Si pretendéis y pretextáis querer ser libres con el fin del mundo, os equivocáis muchísimo. Estaréis liberados, es seguro. Es un hecho, es una certeza, pero os recuerdo que hay de todos modos algunos momentos difíciles que pasar. Entonces, sed ligeros ahora cuando esos momentos difíciles todavía no están, o que sólo conciernen a vuestra persona, vuestro cuerpo, vuestra vida. Sed la Vida, totalmente e integralmente, sin escrúpulos, sin remordimientos. Aligeraos. Aligerar no quiere decir separaros de lo que os pesa, que sea un marido o una mujer la más odiosa que sea, que sea un niño muy difícil, que sea una condición social terrible o la más cómoda que sea; no cambia nada.

Y de hecho, vosotros mismos lo observáis, cuanto más poseéis, cuanto más tenéis riquezas, más es pesado, aunque vosotros seáis ligeros, porque hay la obligación de administrar, de decidir, de elegir. Felices los simples de espíritu, tal vez lo habéis olvidado. Felices los niños, porque el Reino de los cielos les pertenece.

Entonces os diré, el mejor consejo con relación a esto, no es una técnica, es simplemente de ocuparos de vosotros. Pero de vosotros, no en la persona, sino de regar vuestro jardín interior, de bailar la Vida. No podéis aligerar lo que es pesado, sólo podéis ponerle dulzura y ligereza, y la pesadez desaparecerá por sí sola. No os imaginéis que haya una escalera que va de la pesadez a la ligereza, o es uno o es otro, y lo sabéis, y será cada vez más así – y ya es cada vez más así. Es la ley del todo o nada, el Amor o el miedo, el Amor o el sufrimiento, la ligereza o la pesadez, la enfermedad o el bienestar, los velos o la claridad. Podría seguir así hasta el infinito.

Veis, ahora no hace falta ningún concepto, ni ninguna Puerta, ni ninguna Estrella, ni ningún Anciano, ni yo, ni nadie. Aceptadlo y averiguadlo por vosotros mismos. La Vida os es ofrecida en abundancia. Y si creéis que la vida se limita entre un nacimiento y una muerte, y entre unas muertes y unos renacimientos, entonces os podéis preocupar porque todo eso va a desaparecer, y la Libertad puede daros miedo. Es de hecho por esto que sois rígidos, que tenéis tantas costumbres, porque en definitiva, tenéis miedo a la Libertad. Entendedlo, no hay otro obstáculo. El miedo o el Amor, decía nuestro Comendador. Yo os digo, la densidad o la ligereza; yo os digo, la Felicidad o el sufrimiento.

La Verdad es alegre, y es una buena noticia. No sois lo que vivís, y esto lo sabéis cada vez más, sea cual sea la aproximación de lo que habéis vivido. Entonces, ¿qué es lo que os falta si tenéis los velos? ¿Qué es lo que os falta si estáis sufriendo? Pues, esta Vía de la Infancia, la espontaneidad. Es decir que en alguna parte sois muy reflexivos, pensáis demasiado en vuestra historia, la vuestra o la de los finales de los tiempos, pensáis demasiado en vuestro pasado, pensáis demasiado en lo que piensan los demás. No pensáis lo bastante en vosotros. Sed egoístas. No en el seno de la persona, sino en vuestro corazón, con este egoísmo que ofrece el corazón a todo el mundo como el más valioso de los tesoros que nunca se seca. Ahí está la danza de la Vida. Todo lo demás sigue, sin ningún problema. Si os falta algo, ya no viviréis la falta, si estáis demasiado densos, estaréis menos densos, pero no tenéis que decidir nada más.

Sed la Vida y el resto seguirá. Veis, no tengo, en cuanto a mí, nada que deciros en cuanto a poner vuestras manos en tal sitio o hacer tal cosa, os pido ser perezosos. Sed muy perezosos y seréis ligeros, porque estaréis necesariamente en el aquí y ahora. Y de hecho ya lo constatáis sin daros cuenta. El tiempo pasa cada vez más rápidamente, tan rápidamente que no sabríais como contar los minutos, las horas. Una hora pasa en un minuto. Es una realidad de la conciencia, no del reloj, y sin embargo es lo que vivís. Es decir que el tiempo ya no quiere decir gran cosa. Quiere decir algo por supuesto para la organización. Cuando vais a tomar un tren, no se trata de decir – si tenéis que tomar un tren a las 19 horas, y estáis atrasados –, de decir que no es grave. Habéis perdido el tren. Pero si no queréis perder la Eternidad, lo que es imposible de hecho, tenéis que ser perezosos. Trabajar siendo perezoso no quiere decir necesariamente hacer lo  menos posible, sino considerarlo como un juego y no como una obligación.

La Luz os propone ahora descondicionaros de todo lo que no es verdadero: vuestra persona, por supuesto, vuestras costumbres, vuestras vidas pasadas, y el futuro. Si esperáis el final de los tiempos para vivir la Vida, vais a afrontar vuestra propia dureza hacia vosotros mismos, vuestros propios marcos de referencia, vuestra propia rigidez. Y estáis rígidos a partir del momento en que seguís un protocolo, un ritual, un horario, unos convenios sean cuales sean. Por supuesto, es necesario para la organización de la vida en este mundo, pero ¿estáis seguros de todavía estar en este mundo? Lo veis bien. Por supuesto que tenéis unas tareas que hacer, unos hijos que educar, unas familias que alimentar. Pero, ¿lo veis? ¿Veis al personaje que se agita? Esto, es el testigo, el observador. Todos lo veis en diferentes grados.

Pero en cambio no veis lo que tan habitual es para vosotros, lo que consideráis como adquirido, y esto concierne esencialmente a la noción de tiempo, de horarios, de rituales que os imponéis inútilmente, porque cualquier ritual encierra. Entonces por supuesto, unos rituales os fueron propuestos, que eran, y la prueba está ahí, lo habéis vivido, iban a acercaros a esta Libertad. Pero sabéis que sólo vosotros mismos podéis ser libres. Y no dependéis de ninguna circunstancia, de ningún hándicap, de ningún futuro y de ningún pasado para esto. Porque si dependéis de algún pasado o de una anticipación de algún futuro, aunque fuese el más feliz o el más detestable, corréis detrás de la Libertad, y corréis en el exterior de vosotros. Estáis en el alboroto y en el movimiento, que no es una danza, que sólo es la necesidad de costumbres, la necesidad de certezas. Pero sabéis muy bien que el Amor no es ni una certeza ni nada que pueda ser vivido en este mundo.

Ah sí, podéis vivir el amor romántico, el amor sentimental, hacer el amor. Son unos paliativos, unos sucedáneos, que no tienen ninguna realidad porque, lo sabéis bien, todos los amores pasan, o bien por la muerte, o bien por el divorcio, o bien porque los hijos se van, o bien porque estáis jubilados y el amor por vuestra profesión va apagándose obligatoriamente. Pero el Amor que está en vosotros, que sois, nunca puede apagarse. Entonces, ¿a qué esperáis para alimentaros de lo que sois? Es igual para la Luz. Muchos Ancianos os han dicho y repetido, apuntado permanentemente que todo estaba en vuestro interior. No requiere ningún conocimiento, se os ha explicado ampliamente también. No requiere ningún modelo, no requiere ninguna tradición, no requiere ningún antecedente. De hecho ni siquiera requiere ningún ejemplo, ni siquiera requiere ningún maestro y todavía menos unos viejunos gruñones que somos.

Necesitáis ser vosotros mismos. Todo lo que os hemos propuesto, en fin yo no, fue destinado a encontraros a vosotros mismos y a haceros entender, diría yo, una forma de autosuficiencia de la Luz. Y de hecho entre vosotros, algunos viven la vía de la Felicidad y ellos mismos ven que ninguna costumbre puede aguantar, que sea el sueño, los alimentos, el humor. El que pretende estar en el Amor todo el tiempo y permanentemente con el mismo humor no es verdadero. Hace trampas, ya que la vida es movimiento, ya que la vida es danza. Sin embargo, ya no podéis hacer trampas, aunque esté ligado a algo que es inconsciente y simplemente ligado a una costumbre, porque la llamada al orden de la Luz, lo vivís, es cada vez más sensible. No es la Luz la que hace esto, es vuestro no-reconocimiento de la Luz.

Ya no tenéis nada que ocultar. Dejad emerger, dentro de vosotros como fuera de vosotros, la Verdad que sois, sin prejuicios, sin pensar, con la más grande de las espontaneidades, y constataréis muy rápidamente, durante este mes de julio, que todo se resuelve. Ah, a veces puede resolverse con la muerte de la persona. Sí, si habéis elegido la vía del sufrimiento. ¿Qué importancia para la Eternidad que sois? Ah por supuesto, es muy importante para la sociedad, el no morir, el vivir lo más viejo posible, el tener una vida satisfactoria, pero ¿qué sabéis de la verdad del otro lado, si no habéis ido allí? ¿Por qué creéis que muchas de las hermanas Estrellas que os han hablado de su camino, han tenido esas vidas de sacrificio total casándose con Cristo? ¿Creéis que esas hermanas eran masoquistas? ¿O que se equivocaban? Tenéis bastantes testimonios, en Occidente como en Oriente, acerca de unos seres que eran la bondad, la Felicidad, la Libertad.

¿Qué asuntos queréis llevar? ¿Cuáles son vuestros objetivos, ahora, en el instante, ahora mismo? ¿Acaso este objetivo, lo contempláis como algo que hay que adquirir, conquistar, o es que aceptáis soltarlo todo en el instante presente y ver lo que pasa? Si no pasa nada, es que no habéis soltado, es una coartada. Porque os garantizo que hoy, y cuanto más los días pasen, que sea con las Teofanías, que sea con los acontecimientos ocurriendo en la tierra o en el cielo, no tendréis otra oportunidad que de soltarlo todo, vuestras creencias, vuestros certezas. Una vez más, no he dicho que había que distribuir vuestro dinero o separaros de lo que sea.

En el Amor no tenéis que resolver nada, en la persona permanentemente tenéis cosas que resolver. Y si tenéis cosas que resolver, ¿qué quiere decir? Quiere decir que todavía hay una persona que está ahí. El verdadero Liberado, aunque sabe que tiene que ocuparse de su vehículo, puede perfectamente aceptar la muerte y el sufrimiento, porque no sufre. Sabe que hay sufrimiento pero no sufre. Entonces cuando están los velos, es profundamente diferente porque ahí, es una ocultación de la conciencia. Quiere decir que tenéis tantas costumbres espirituales que es imposible separaros de ellas. Estáis atados a vuestras certezas intelectuales y a vuestras experiencias, al karma, a vuestras visiones futuras, a vuestros protocolos, a vuestros ejercicios. Espiritualmente estáis atados.

Sois Luz, pero no podéis estar atados y ser Luz. Si estáis atados, quiere decir que tomáis vuestro alimento de Luz fuera de vosotros, y que todavía estáis en el juego de las apariencias, esta vez espirituales. Entended bien que no podéis vivir el Amor en el sufrimiento. La vía del sufrimiento os pone justamente ante este desconocido, cuando el sufrimiento es tal que sólo el Amor puede reemplazar el sufrimiento. Es la resiliencia. A nivel espiritual, es la misma palabra. Pero no lo veis, sobre todo si sufrís. Os aferráis a algo, si no es a vuestra persona, es a la Luz. Pero no podéis aferraros a lo que sois, ved esto. Y si sufrís, todo viene de ahí.

Ah, quizás tengáis un buen corazón, habéis vivido la Gracia, habéis vivido las vibraciones, estáis liberados. Y sin embargo ¿qué es lo que pasa? No habéis visto la Vida y en alguna parte rechazáis la Vida, aunque ya no estéis en este mundo y que hayáis hecho todo para no depender más de este mundo, de no tener más obligaciones, familiares, profesionales, y constatáis que esos hermanos y esas hermanas siempre están tristes, siempre sufriendo tanto. No han aceptado la Vida. Han creado las condiciones exteriores propicias, como se ha dicho durante las Bodas Celestes, pero ya no estáis en aquella época.

El marcador indeleble de la Verdad, es la Felicidad, y el instante presente, y la aceptación. Si no, es que sois falsos y estáis equivocados, aunque vibréis. Entonces por supuesto, en el momento tan temido o tan esperado, seréis libres, es una certeza. Pero ¿qué queréis atravesar entre ahora y ese acontecimiento cuya fecha nadie conoce? ¿Queréis vivir la Vida para ver que la Vida alumbra vuestra vida, o queréis, con vuestra vida, conquistar la Vida? Es profundamente diferente. En un caso, hay un movimiento, en otro caso, hay sufrimiento, en el otro caso, sólo hay la Felicidad y la beatitud, pase lo que pase, haga lo que haga vuestro marido, haga lo que haga vuestro hijo, hagan lo que hagan los impuestos, haga lo que haga vuestro cuerpo.

El sufrimiento no es un castigo de la Luz, es el resultado de vuestras resistencias. No olvidéis que en este mundo, todo está totalmente invertido, incluso lo que nombráis el karma. Quiere decir, si os interesa, que siempre vais a elegir a un pariente que os ha matado. Sin embargo es él quien tiene el karma, pero el Amor hace que sois vosotros quienes os encarnáis para permitirle resolverlo. Esto, son los Arcontes que os han convencido de esto.

Sois tan sensibles a la forma, tan sensibles a las apariencias, tan sensibles a la comodidad. ¿Hay alguna Libertad ahí? ¿Hay alguna Felicidad ahí? La única Felicidad, es el corazón. No depende de ninguna circunstancia de este mundo, porque si dependiera de alguna circunstancia de este mundo o de vuestra vida, no sería la Verdad. Sería todavía una ilusión y algo desviado, falsificado. La Felicidad del corazón no se conquista, se vive, por la aceptación, por el instante presente, todo lo que os ha sido dado y explicado con palabras, que son unas palabras simples, aunque hayan sido expresados en unas lenguas más sagradas, por así decirlo. Pero no tiene ninguna especie de importancia.

Cuanto más sois espontáneos, más acogéis la Vida, más sois verdaderos, independientemente de lo que haya que resolver – o que aparentemente haya que resolver, porque no sois vosotros quienes resolvéis. Cuando estáis en el corazón, es la Felicidad la que resuelve, realmente y concretamente, porque si sois felices realmente, si aceptáis plenamente la Vida, estáis vivos y ya no sois vuestra vida. Es una vivencia muy diferente. Entonces no os engañéis a vosotros mismos. Aunque hayáis vivido la Onda de Vida, aunque hayáis vivido el Fuego del Corazón, el Fuego Ígneo, por todas partes, mirad vuestra vida y mirad vuestra Felicidad.

El problema, es que si rechazáis algo de este mundo, lo excluís. Ya no está en vosotros y entonces la Felicidad no puede estar ahí. No podéis excluir nada, ni el diablo, ni Dios, ni vuestro peor enemigo, porque si Judas no hubiese existido, Jesús no hubiese muerto en la cruz, ni hubiese resucitado. Pues veis bien que Judas es tan importante como Juan, incluso más importante. Tenía un papel muy importante, el de traicionar. Entonces por supuesto, con el punto de vista de la persona, vais a decirme: « es dramático ». Os diré que no conocéis nada a la Verdad. Vuestro peor enemigo es vuestra mejor ayuda, y si rechazáis algo, no podéis ser la Vida, os quedáis en vuestra vida que no es Amor.

Aunque estéis satisfechos a todos los niveles, os falta algo y esta falta, son unas resistencias, esta falta, son unos velos. Es esto lo que hace daño, es esto lo que os priva de la Felicidad. Entendedlo y sobre todo no lo aceptéis. Demostradlo a vosotros mismos. No pidáis nada a la Luz, es lo que sois. Estad en la aceptación y la Luz se encargará, más allá del menor deseo que podáis tener, de todo lo que es necesario para manteneros en la Felicidad. Ah por supuesto, la persona no puede estar contenta cuando se trata de algunas privaciones, pero ved más allá de la satisfacción inmediata.

Entonces por supuesto, el Comendador os ha hablado del Amor o el miedo. Yo, os digo la Vida o el sufrimiento. No es la Bolsa o la vida. Devolved todo lo que es ilusorio, todo lo que sólo pasa, devolvedlo a la Vida. ¿Cómo enseñáis vuestra confianza de otro modo – a la Eternidad, no a esta vida? Pero vais a decirme que en este mundo, necesitáis ser así o asá, tenéis algunas obligaciones, tenéis algunas cargas, tenéis algunas cosas que pagar. Si me decís esto, es que no habéis entendido nada y que vuestro ego hace todo para impediros ver la Vida. Que lo queráis o no, es la verdad. ¿A qué dais cuerpo? ¿A qué dais vida? ¿Qué creáis? No podéis acusar a nadie, aunque haya una anomalía al principio que es el encierro. Pero incluso en el seno de este mundo donde prevalece el libre albedrío y la acción-reacción, ¿queréis estar en la acción-reacción o queréis ser la Vida?

La Luz va a volverse cada vez más insistente, porque es cada vez más presente y alumbra cada vez más vuestro personaje de pacotilla, que sólo pasa. Vosotros, nunca pasaréis. Vuestro marido, vuestra mujer, vuestros hijos, vuestro trabajo, pasarán. Vuestra vida pasará, y ahora pasa muy rápidamente. Lo veis, va muy rápido, entonces no perdáis el tiempo, tenéis la Eternidad para esto, pero sed lo que sois y seréis la danza de la Vida.

El observador, el testigo, como fue nombrado, será magnificado y veréis la Verdad. De hecho la viviréis, porque ya no seréis vuestra vida sino la Vida. No hay otro modo ni otra condición para vivir la Felicidad. De hecho lo veis. Tenéis algunos hermanos y hermanas que han vivido todas las vibraciones, las Coronas, el encendido de las Puertas, la Onda de Vida, hasta arriba. No están felices. ¿Por qué no están felices? Pero, porque no han entendido que eran la Vida, y que en alguna parte, hay unas costumbres, unos comportamientos que hacen que estén en rechazo. Pero si sois la Vida, no podéis rechazar nada, y sobre todo no la experiencia que vivís en el seno de este mundo, aunque sea falsa. Porque siempre sois la Vida, incluso aquí, aunque lo hayáis olvidado, aunque no lo veáis. Porque si no hay Vida, no podríais vivir ninguna vida, ni experimentar nada.

Entonces dejad que crezca la Felicidad, dejad crecer el niño interior, dejad crecer y florecer la Vida.

Y cuando Bidi hablaba del punto de vista, es exactamente esto. ¿Cuál es el punto de vista que tenéis sobre vuestra vida, sobre la Vida, sobre vuestros sufrimientos, sobre vuestros dolores, sobre vuestras emociones? ¿Sentís que esto desencadena unas emociones, unas distorsiones? u ¿os sentís ligeros? Seréis ligeros sólo cuando dejéis de ser vuestra vida – y cuando hayáis aceptado vuestra vida viendo que no sois vuestra vida. No podéis rechazar nada de la vida, si no, no estáis vivos, estáis en la persona.

Entonces, ahora que la Felicidad invade a unos hermanos y unas hermanas cada vez más numerosos a vuestro alrededor, ¿por qué seguís resistiendo, sufriendo, teniendo velos? Tal vez lo tengáis con vuestro marido, vuestra mujer, vuestros hijos, vuestros amigos, vuestros hermanos y hermanas espirituales, en vuestra familia. ¿Qué es lo que os impide ser igual? No hay ninguna condición de este mundo que pueda impedíroslo, ni la enfermedad de vuestro cuerpo, ni vuestro problema psicológico, ni la falta, ni la plenitud. No hay ningún obstáculo. Todos los obstáculos están creados ahora por los automatismos, y por vuestras adhesiones espirituales a las leyes de este mundo. No hay nada más. No hay nada que pagar, sólo está la Gracia. Entonces si no estáis en estado de Gracia, quiere decir que no sois verdaderos.

Las Teofanías, las pasadas como las que vienen, os han permitido, para muchos, descubrir al observador y entender que no erais lo que vivía en el seno del efímero. Entonces por supuesto, muchos de vosotros, ¿qué han hecho? Habéis intentado convencer al otro y compartir lo que vivíais, y os han mandado a pasear, es ineluctable. Los que no están vivos, que sólo viven su vida, no pueden vivir la Vida. Es imposible. Y es igual para vosotros. Y cuando vivís la Vida, sois confiados. Ni siquiera es fe, es una certeza inquebrantable, pase lo que pase en vuestras vidas. Ya habéis pasado a la Eternidad. Es el camino que os han mostrado las hermanas Estrellas, es el camino que han vivido algunos Ancianos, es el camino que he vivido.

Esto no está en ningún libro. No necesita ningún antecedente ni ninguna condición previa. Sólo os necesita a vosotros, pero no en vuestra vida, no en vuestra persona, vosotros en la Vida, en el Amor, en la espontaneidad, en la Infancia, en la aceptación del Aquí y Ahora. Porque no podéis saber que cuando os pasa algo, aunque encontraseis la causalidad en este mundo o en otras vidas, no podéis saber la Verdad si os adherís a esto. Aunque funcione, aunque sea lógico. El Amor no tiene ninguna lógica. El Amor es Inteligencia y la Inteligencia es Libertad. Es la conexión, es la espontaneidad, es la co-creación conciente, es el Verbo, es el Amor. En fin, es la Vida, pero no es en absoluto vuestra vida.

Entonces, ¿sois portadores de la Felicidad? ¿Habéis decidido ser felices? Oh, es una decisión muy simple, pero que es tan molesta y difícil de ver para el ego, para la persona. Es de hecho por esto que muchos Ancianos, Estrellas, Arcángeles os han hablado de esta Felicidad en lugar de la vibración ahora. Porque algunos de vosotros se aferran a sus vibraciones. Están un poco atados a la vibración, más que a la Vida. Ha llegado el momento ahora de soltar la mismísima conciencia y no preocuparos de las vibraciones que percibís, sentís, vivís o no. No lloréis si no las vivís, no os vanagloriéis de ello si las vivís, porque si estáis ocupados a estar afligidos por no vivirlas, u ocupados en vibrar, no podéis ser la Vida, porque habéis excluido todo lo demás.

Tened el corazón de un niño. Estad disponibles para el juego de la Vida, independientemente de lo que la Vida os haga vivir, y sobre todo si os parece injusto e injustificado. Acordaos que en la persona, hay unas estratagemas, hay unos circuitos de conciencia y de energía que están ahí para impediros ver la Verdad. Todo lo que aparece en la pantalla de vuestros ojos sólo está hecho para distraeros. Todos los miedos, todas las guerras sólo son unas distracciones para impediros ver la Verdad. Todos los placeres, incluso los más inauditos, que sea en el sexo, que sea en la satisfacción profesional, en el encuentro amoroso, todo esto está ahí sólo para ocultar lo esencial: la verdad de la Vida. Y todos nosotros hemos caído dentro en lugar de caer en el corazón.

Aceptad. Tal y como dijo el Arcángel Anaël, sed verdaderos y espontáneos. No os preguntéis nada. Estad totalmente presentes en el instante que haya que vivir, que sea a través del sentido corporal y sobre todo en la Felicidad. No podéis decidir la Felicidad, en todo caso esta Felicidad; sólo podéis verla, constatarla, o no verla. Sólo podéis constatar las modificaciones que la Felicidad produce. Que la llaméis Paz, serenidad, éxtasis, íntasis, Shantinilaya, Morada de Paz suprema, Sí, supramental. Olvidad las palabras, olvidad los conceptos, olvidad los conocimientos. Acoged, y aceptad sobre todo, y veréis.  

Entonces traté de emplear unas palabras extremadamente simples y que giran siempre entorno a la misma cosa. Es adrede. Porque es evidente. Si no lo vivís, puede parecer muy complicado. Estáis sometidos a las influencias de este mundo, estáis sometidos al sufrimiento de vuestro cuerpo, estáis sometidos a la persona; no hay ningún espacio de libertad ahí, aunque hagáis unos esfuerzos importantes. El Amor no es un esfuerzo, es un relajamiento, es la Vida. La Vida no personal, la Vida que no conoce ninguna historia, la Vida que no conoce ninguna dimensión, aunque pueda explorar todas las dimensiones, que no está atada a nada y que ama, en la Libertad. Daos cuenta el número de seres humanos, de hermanos, de hermanas, incluso despiertos, que hablan de Amor y que son incapaces de amar.

De hecho empezamos a verlo. El Amor nunca es una posesión ni una depredación, es la Libertad. Es hacer que el otro sea libre, totalmente libre. Incluso de abofetearos, de irse. Si no, no amáis verdaderamente, estáis en el apego. La Libertad, el Amor, es querer que el otro sea tan libre como vosotros, y si se quiere ir, es su libertad. ¿En nombre de qué vais a influir en la libertad del otro? Acordaos, sin siquiera hablar de depredación, si priváis a alguien de la libertad que es suya, de pensar, de expresar algo, aunque esté equivocado y sobre todo si está equivocado, no podéis estar vivos, ni felices. Todavía estáis en el control, todavía estáis en los perjuicios, todavía estáis en las costumbres y en las costumbres morales.

Entonces buscad el Reino de los Cielos que está dentro de vosotros, no quiere decir buscar, quiere decir estar ahí. No hay nada más que buscar, no hay ningún esfuerzo que hacer. Si tenéis la impresión de hacer un esfuerzo, es que no sois verdaderos. Ha sido explicado, la vía del sufrimiento, la vía de los velos, y al lado, la vía de la Felicidad. Y esto depende, lo repito, de absolutamente nada del exterior como de vuestro cuerpo. No podéis generar la Felicidad, esta Felicidad. No podéis hacer trampas con esto. Al igual que no podíais hacer trampas con la vibración, existe o no existe. Igual para la Onda de Vida, se ha vivido o no se ha vivido.

Pero al nivel de la persona y de vuestra vida, nada puede ser simple, sobre todo que todo está alterado y además, todo es falso. ¿Cómo queréis que sea simple? Aunque estéis en la opulencia. Siempre hay que contestar a algo, siempre hay que reaccionar a algo, siempre hay que emprender algo, algo que hacer. Pues sed perezosos, sed verdaderamente perezosos. Entonces la pereza, es otra palabra para desaparición. Simplemente, la diferencia, es que hace todavía algún tiempo, desaparecíais inopinadamente sin haber pedido nada. Hoy, no os pido desaparecer por vosotros mismos sino de ser perezosos en el seno de la persona.

Y veréis que incluso si hay algún trabajo, se hará. Ya no estáis implicados. Es así que mostráis y demostráis la Felicidad a vosotros mismos, no de otra manera. Podéis tener todos los conocimientos espirituales, conocer todos los textos, haber vivido todas las vibraciones y encontraros sin Felicidad, y os preguntáis por qué, ya que la vibración es conciencia, y la conciencia que se expande al supramental, es la Felicidad. Pues la prueba es que no. Todavía hay algunos entre vosotros que están tristes. Pero, porque estáis encerrados vosotros mismos, en vuestros preceptos, en vuestros conceptos, en vuestras creencias, en vuestras ideas, en vuestras costumbres, en vuestras ilusiones espirituales.

Entonces para mí, aceptar – y vosotros averiguadlo –, es dejar que la Vida obre. Bailar la Vida, no es ir a gesticular en una pista de baile, eh, es percibir el movimiento primordial de la Vida. Es el movimiento infinito del corazón, la infinidad de las potencialidades de manifestación en la forma que sea. Y está también en este mundo, aunque sea falso. Porque sin ello, no viviríais vuestra vida. Pues, incluso este mundo encerrado y alterado está vivo, esto, no podéis negarlo. Son las condiciones de la vida que no son justas, vuestras costumbres, la necesidad de premunirse, de tener un techo, una mujer, una profesión, una cuenta bancaria, una tarjeta de crédito, un medio de transporte, para obedecer a las leyes de este mundo, a la moral, a las reglas, a las emociones, a las costumbres como dije. Pero, ¿qué libertad hay ahí? Hay una satisfacción personal, es cierto, pero esta satisfacción personal, ¿qué es? Es el ego, nada más.

Mientras no os habéis dado, que no lo habéis todo a la Luz, aunque tengáis toda la comodidad, no podéis ser libres, y sobre todo, no podéis ser felices, vedlo. Todos, lo vivís de diferentes maneras. Excepto los que realmente están felices, todos lo vivís en estos momentos. Os corresponde elegir la vía de la Felicidad, así que sed perezosos. No le deis vueltas a la cabeza, ni con el fin del mundo, ni con vuestra opulencia o vuestra falta de dinero. No le deis vueltas a la cabeza con nada, sobre todo al nivel de la espiritualidad. Entonces dadle vueltas a la cabeza si queréis ver vuestro cuerpo curado, sobre todo con lo que se manifiesta ahora, a menos que tengáis unas enfermedades de antes, sólo es la expresión de unas resistencias según los esquemas que fueron explicados durante estos últimos meses. Primero la pierna derecha, luego algunas Puertas, ahora las venas, los órganos de los sentidos. En la Felicidad, no os falta nada aunque falte algo en vuestra vida, porque ya no sois vuestra vida, sois la Vida.

Esas son las palabras que quería daros, y que son tremendamente simples. No he hecho ningún gran discurso, tomé simplemente lo que venía espontáneamente por el Verbo y el Espíritu. Por supuesto, siempre está coloreado por lo que soy, y no lo que he vivido. Entonces esta coloración, por supuesto, vienen de los linajes, de los orígenes, también diría de las costumbres espirituales, esta vez. Pero ésas no son nefastas, porque esas costumbres espirituales que habéis nombrado orígenes estelares, linajes, nacen en la Libertad, donde la pregunta acerca de la Libertad ni siquiera se hace, donde la noción de muerte no existe, ni siquiera el nacimiento, donde sólo está la conciencia libre que experimenta, que juega.

Simplemente, lo habéis entendido, el juego en este mundo, mientras estáis vivos, es un poco difícil, por no decir otra cosa, lo sabéis, y todos lo sabemos. Lo vivimos cada día cuando estamos encarnados, sea cual sea nuestro emplazamiento y nuestro punto de vista, hasta el momento en que nos volvamos la Vida, hasta el momento en que hayamos aceptado, hasta el momento en que estemos en el Aquí y Ahora.

Entonces con estas palabras, en todo caso lo espero, voy a desearos unos grandes accesos a la pereza, a la aceptación, y sobre todo a la Felicidad. La Felicidad, se ha dicho, es el testigo de vuestra libertad; si no sois felices, no sois libres, es tan simple como esto. Sobre todo no os culpabilicéis. Sed verdaderos y vedlo claramente, y sobre todo probadlo, experimentad lo que os dije. Os lo dije, me encargaré del servicio post-venta. Porque estoy seguro de que lo que dije sólo puede funcionar.

Soy Osho y permitidme bendeciros en la danza de la Vida. En la danza del corazón, y en la inmovilidad, y en el Silencio. Es mi Teofanía personal con vosotros. Es infinita, y no depende ni de mí, ni de vosotros.

..Silencio…

Os bendigo, os amo, y sobre todo, estad vivos. Es un juego.

Hasta luego.



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